ILALO DH - Octubre

Bajamos las bicicletas de la camioneta y empezamos a subir lentamente pedaleando o caminando buscando la cumbre. El camino, muy resbaloso debido al lodo, hacia difícil el ascenso.
Finalmente luego de un par de horas de subida llegamos a una planicie en donde encontramos un canal que estaba perfecto para probar nuestras habilidades dando saltos y giros de 180 grados. Para nuestra mala suerte una rama se metió en la cadena de la bicicleta de mi primo y él al seguir pedaleando hizo que el tensor se rompiera.
La bajada fue divertida: lodo, saltos, curvas cerradas, altas velocidades y un par de sustos. Nuestros brazos nos dolían al igual que nuestras manos pero no podíamos esconder la emoción que sentíamos después de casi 30 minutos de descenso. Al terminar la pedaleada estábamos sedientos y llenos de lodo así que nos detuvimos en una tienda para comprar algo de tomar mientras recordábamos los mejores momentos de la cicleada.
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